Es uno de los muchos primeros mártires de los que no hay información. Según un documento, Aristón era amigo de Marco y Marcelliano, que fueron martirizados en Roma. Se sabe que en el siglo VII había una «ecclesia» en la Vía Ostiense que celebraba a Aristón, Cristina de Bolsena y Victoria de Sabina.
Santa Lucía, virgen y mártir de Siracusa
Santa Lucía, nacida a finales del siglo III en Siracusa en el seno de una familia noble, consagró secretamente su virginidad a Dios a pesar de haber sido prometida en matrimonio a un joven pagano por su madre Eutiquia. El destino de su vida se definió en el año 301 durante una peregrinación a Catania, a donde acudió para implorar la curación de su madre ante el sepulcro de Santa Águeda; allí, tras una visión mística en la que la mártir le confirmó la salud de Eutiquia y le profetizó su futuro patronazgo sobre Siracusa, Lucía obtuvo el permiso para romper su compromiso y repartir su dote entre los pobres. Este acto de caridad desató la ira de su prometido, quien la denunció ante el prefecto Pascasio aprovechando las persecuciones de Diocletiano, dando inicio a un juicio donde la joven defendió su castidad como templo del Espíritu Santo. Su martirio estuvo marcado por asombrosos prodigios divinos: se volvió tan pesada que ni siquiera una yunta de bueyes pudo arrastrarla cuando intentaron llevarla a un lupanar para deshonrarla, y posteriormente sobrevivió indemne a las llamas de la hoguera, siendo finalmente decapitada el 13 de diciembre del año 304, fecha en que la Iglesia honra su memoria.