Humanae Vitae

María Álvarez de las Asturias

Para poder elegir algo, hay que conocerlo previamente. Para poder vivir la paternidad responsable según el Magisterio de la Iglesia, antes hay que conocerlo. Y aquí surge una primera dificultad: es difícil que te expliquen, de verdad, qué enseña la Iglesia sobre paternidad responsable. Generalmente lo que encontrarás es que te transmiten dudas o juicios de valor pero no lo que dice el Magisterio, tal cual, para que puedas tú formar tu propio criterio.

Esto es especialmente llamativo cuando hablamos de la Encíclica Humanae Vitae: ¿cuántos esposos católicos han leído la Encíclica, aunque sea para decidir que no quieren vivir como Pablo VI y la Iglesia enseñan? Muy pocos. La mayoría han recibido una visión sesgada de la Encíclica y toman sus decisiones sobre paternidad responsable sin conocer la verdad del Magisterio. Y esto es muy grave porque son los esposos quienes deben tomar las decisiones sobre paternidad, siguiendo una conciencia rectamente formada (Gaudium et Spes 50, Humanae Vitae 10, Amoris Laetitia 222): ¿cómo podemos considerar rectamente formada la conciencia que no tiene acceso a la verdad del Magisterio de la Iglesia?

Los motivos por los que no se explica bien la enseñanza de Pablo VI en Humanae Vitae son múltiples. En mi experiencia he encontrado frecuentemente dos formas de desfigurar la Encíclica. Por un lado, la simplificación que lleva a afirmar “es la encíclica que condena los anticonceptivos, así que hay que tener todos los hijos que vengan”, tergiversando la verdadera propuesta del Papa contenida en el número 10 de Humanae Vitae: “la paternidad responsable se pone en práctica ya sea con la deliberación ponderada y generosa de tener una familia numerosa ya sea con la decisión, tomada por graves motivos y en el respeto de la ley moral, de evitar un nuevo nacimiento durante algún tiempo o por tiempo indefinido”.

Por otro, la condena de la Encíclica amparada en la dificultad de vivir la paternidad responsable en continencia periódica ateniéndose a los ritmos biológicos. Condena que es tanto más dolorosa cuando viene de personas comprometidas en una vocación que implica una vida de continencia definitiva: ¿consideran que los esposos son incapaces de vivir lo que ellos viven?; ¿la vocación matrimonial no merece los esfuerzos que merece una vocación al celibato?; ¿o se están transmitiendo las propias dificultades personales? Nos encontramos aquí frecuentemente ante una solapada forma de clericalismo, que hurta a los esposos la toma de decisiones que les corresponden. Sin olvidar que el criterio para decidir el valor de un acto humano no puede ser la facilidad o dificultad del mismo.

Surge una nueva forma de poner en duda la validez de la Encíclica Humanae Vitae: se conoce ahora que, antes del texto definitivo, hubo una redacción anterior que no llegó a publicarse. Y a muchos les parece motivo suficiente para poner bajo sospecha la validez del texto final. Pero ya el propio Pablo VI afirmaba en el número 6 que no podía considerar definitivas las conclusiones de la Comisión de Estudio “ni dispensarnos de examinar personalmente la grave cuestión; entre otros motivos, porque en el seno de la Comisión no se había alcanzado una plena concordancia de juicios acerca de  las normas morales a proponer y, sobre todo, porque habían aflorado algunos criterios de soluciones que se separaban de la doctrina moral sobre el matrimonio propuesta por el Magisterio de la Iglesia con constante firmeza. Por ello, habiendo examinado atentamente la documentación que se nos presentó y después de madura reflexión y de asiduas plegarias, queremos ahora, en virtud del mandato que Cristo nos confió, dar nuestra respuesta a estas graves cuestiones”. El texto fue revisado por el Papa y publicado en la versión final, versión a la que hacen referencia desde entonces hasta hoy los textos de los Romanos Pontífices cuando exponen la forma de vivir la paternidad responsable.

Si todavía no conoces de primera mano Humanae Vitae, no te quedes con lo que te cuenten por ahí; es un texto bellísimo sobre el amor conyugal: anímate a leerlo http://w2.vatican.va/content/paul-vi/es/encyclicals/documents/hf_p-vi_enc_25071968_humanae-vitae.html

María Álvarez de las Asturias

Canonista, especialista en noviazgo

y orientación familiar.

www.estaporvenir.com

@marialvarezast

Humanae Vitae

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