San Gregorio III, Papa

S. Gregorio III, Basílica de San Pablo ExtramurosNacido en Siria, Gregorio III fue Papa durante diez años: del 731 al 741. Durante su pontificado, luchó contra la iconoclasia y defendió el patrimonio de San Pedro. Fue el gran evangelizador de Alemania: dio el palio de arzobispo a Bonifacio y erigió nuevas diócesis.

San Mauro, mártir en la via Salaria

Mauro (mártir) - Wikipedia, la enciclopedia libreSegún el Martirologio Jeronimiano, Mauro fue enterrado en una antigua catacumba en la Vía Salaria, el cementerio de Trasón, un noble romano. Fue un joven cuyo único hecho conocido fue su martirio heroico. S. Dámaso escribió esta epígrafe: «Mauro, un muchachito que ninguna tortura alejó de la fe».

Bienaventurada Virgen María de Loreto

B. María Virgen de LoretoLa Santa Casa de Loreto se venera como la auténtica morada terrena de la Virgen María, escenario de la Anunciación y hogar de la Sagrada Familia, caracterizándose singularmente por tener solo tres paredes que hoy se protegen bajo un revestimiento renacentista. Diversas investigaciones científicas y arqueológicas respaldan su autenticidad: las piedras están trabajadas según el uso de los nabateos en la Galilea de tiempos de Jesús, el mortero utilizado es ajeno a las técnicas de la región italiana y se han hallado en su interior grafitis judeocristianos y vestigios de los Cruzados. Además, el perímetro de la construcción coincide con exactitud con los cimientos que permanecen en Nazaret, lo que sugiere que esta estructura era la antecámara de mampostería que daba acceso a la gruta excavada en la roca.

Respecto a su misterioso traslado a finales del siglo XIII, tras la expulsión de los Cruzados de Palestina, la tradición piadosa sostiene que la casa fue transportada por ministerio de los ángeles, primero a la actual Croacia y finalmente a territorio italiano. No obstante, hipótesis históricas más recientes, basadas en documentos antiguos, sugieren que los «ángeles» referidos podrían ser en realidad la noble familia bizantina Angeli, quienes habrían salvado las piedras transportándolas por mar. Más allá del modo en que llegó, su ubicación en una vía pública encierra un profundo simbolismo espiritual: como señaló Benedicto XVI, no es una propiedad privada, sino una casa abierta al mundo y a todos los hombres que peregrinan hacia la eternidad.