Fecha 30 de noviembre

San Andrés, apóstol

La inmensa alegría de haber encontrado al Mesías define la vocación de Andrés, el primer discípulo en recibir la llamada de Jesús. Pescador de Betsaida y antiguo seguidor del Bautista, su vida cambió para siempre aquella tarde a las cuatro, junto al río Jordán, cuando reconoció en el hijo de José al Cordero de Dios. Fue tal su emoción que corrió a compartir la noticia con su hermano Simón; poco después, tras la invitación del Maestro a ver dónde vivía y la llamada definitiva a orillas del mar de Galilea para convertirse en pescadores de hombres, ambos dejaron las redes sin dudarlo. Andrés pasó a formar parte del círculo íntimo de los doce, siendo testigo directo de momentos trascendentales como la multiplicación de los panes, donde su realismo le llevó a cuestionar la utilidad de los pocos alimentos disponibles, o las confidencias de Jesús en el Monte de los Olivos sobre los últimos tiempos.

Tras la Ascensión, aunque los Hechos de los Apóstoles lo sitúan en Jerusalén, la tradición y los textos apócrifos narran que evangelizó Asia Menor y las regiones del Mar Negro hasta el Volga, motivo por el cual es venerado hoy como patrono de Rumanía, Ucrania y Rusia. Su incansable predicación culminó hacia el año 60 en Patras, Acaya, donde afrontó el martirio. Allí pidió morir en una cruz en forma de aspa o X para evocar la inicial griega de Cristo, abrazando el suplicio con palabras de amor profundo, saludando al madero como una cruz buena y deseada que le permitiría llegar finalmente a los brazos de su Maestro.